Seguro que tú también te has preguntado en algún momento si el aceite de oliva tiene caducidad. La respuesta es muy sencilla: el aceite de oliva no caduca, pero sí tiene una fecha de consumo preferente.
Entonces, si el aceite de oliva no caduca, ¿podemos consumirlo siempre, independientemente del tiempo que pase? ¡Vamos a verlo!
La fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente son completamente diferentes.
La fecha de caducidad es la fecha a partir de la cual puede existir un riesgo para la salud si se consume un determinado alimento. Por el contrario, la fecha de consumo preferente indica el momento a partir del cual un producto comenzará a perder calidad, pero sin llegar a ser dañino para la salud, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
La fecha de caducidad se utiliza para productos perecederos, como la carne o el pescado, y la fecha de consumo preferente para productos no perecederos, como el arroz o el aceite de oliva virgen extra.
La fecha de consumo preferente es orientativa y es la empresa envasadora (no la productora) quien la define. Normalmente, suele oscilar entre uno y dos años desde su fecha de envasado. Pasada esa fecha, no se garantiza que, en este caso, el aceite mantenga la misma calidad que al principio.
Como hemos dicho, el aceite de oliva virgen extra es un producto no perecedero y, por tanto, no caduca. Sin embargo, el paso del tiempo deteriora y oxida este zumo natural de aceitunas, el cual no contiene conservantes añadidos más que sus propios antioxidantes.
No caduca, pero sí que “se pone malo”, aunque esto no es del todo cierto. La fecha de consumo preferente es un indicador de que nuestro aceite ha podido perder calidad y parte de sus propiedades organolépticas iniciales, es decir, puede que se haya deteriorado y tenga un sabor raro.
A pesar de que aun habiendo pasado la fecha de consumo preferente no existe ningún riesgo para la salud por consumir aceite de oliva virgen extra, debemos probarlo para saber si el producto está en buen estado o no. La fecha de consumo preferente es orientativa y puede que nuestro AOVE aún esté en condiciones óptimas cuando ya ha pasado esa fecha o puede que se haya deteriorado cuando aún no ha pasado esa fecha.
De todas formas, ¿cómo sabemos si un aceite de oliva está en buen estado o no? Probándolo. Aquí entran en juego tres factores claves:
No todos los aceites de oliva “envejecen” de la misma manera. La conservación del aceite y la cantidad de polifenoles del mismo juegan un papel importante para acortar o alargar la vida útil del aceite de oliva.
La luz, el calor y el oxígeno aceleran el proceso de descomposición del aceite, por lo que, si no guardamos nuestro aceite en un lugar seco y oscuro y alejado de focos de calor, probablemente, nuestro aceite no llegará a la fecha de consumo preferente sin haber mermado su calidad.
Por otro lado, dependiendo de la cantidad de antioxidantes que tenga un aceite de oliva, podemos conseguir que dure más o menos:
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